Tal y como se ha analizado en al artículo anterior, el paso del Valencia por la Youth League ha sido más pobre de lo esperado por diversos factores, tales como la bisoñez o la falta de determinación en las áreas. No obstante, también se pueden extraer algunas lecturas positivas de la competición.
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Principalmente se ha salido de la zona de confort. Las grandes canteras suelen dominar con puño de hierro sus respectivas ligas regionales acostumbrando a sus jugadores a ganar año tras año. En este caso la Youth League ha podido servir también como una experiencia a nivel formativo para empezar a conocer la enorme exigencia del fútbol europeo.
En el marco del fútbol base los resultados son importantes, pero muy por encima en la escala de valores está la formación y el aprendizaje. La categoría juvenil es el penúltimo peldaño hasta la élite y la disputa de este tipo de campeonatos puede ayudar de cara a su futuro a medio plazo.
Cabe destacar, además, que futbolistas como Jesús Vázquez, Guillem Molina, Hugo Guillamón, Kang In Lee o Jordi Escobar todavía podrían disputar la competición como mínimo una temporada más, por lo que si el Valencia vuelve a clasificarse para la Champions se contará con un equipo más maduro y que ya conoce la competición como la Juventus o el Manchester.
Hugo Guillamón o Vicente Esquerdo salen reforzados
Otro aspecto positivo ha sido el paso al frente de jugadores como Hugo Guillamón o Vicente Esquerdo. El central de L’Eliana ha sido el comandante del equipo tanto actuando como central como de mediocentro y el centrocampista de Calpe se ha echado al equipo a la espalda en las últimas jornadas, exhibiendo una gran personalidad y capacidad de liderazgo. Ambos salen muy reforzados de esta experiencia.
La posibilidad de disputar la competición continental ha servido para dar una vía de escape a jugadores sin mucho protagonismo en el Mestalla o para que otros que venían de lesión recuperasen con partidos su mejor versión